Los mantras se han hecho famosos por sus poderes curativos, sin embargo en principio sólo son formas de expresar la propia naturaleza divina de cada uno. No son sonidos extraños y ajenos. En nuestro interior vibramos con esos sonidos.
Recitar un mantra tiene un efecto similar al del diapasón que hace vibrar las cuerdas de una guitarra. Pronunciando las sílabas de un mantra hacemos vibrar nuestras propias energías internas. Muchos meditadores saben por experiencia que el acto de recitar mantras transciende los sonidos y palabras externas. Es más bien un escuchar el sonido interior que siempre ha morado en nosotros.
También la repetición de un mantra es una forma de proteger la mente. En las prácticas tántricas suelen usarse en combinación con la visualización de algún aspecto divino. El mantra representa el habla de la divinidad y dentro del tantra budista el aspecto divino del propio habla del practicante. En este contexto, se utilizan como métodos para enfocar la mente y evitar distracciones.
Todos los sonidos son puros y divinos, pero nuestra mente nos hace verlos ordinarios y nos atraen o repulsan. La práctica tántrica intenta encontrar la divinidad en cada sonido y de hecho el practicante trata de escuchar en cada sonido externo el sonido de su mantra.
Aunque los mantras tienen como objetivo la realización última, suelen tener efectos más inmediatos en quien los recita. Lo importante es la fuerte creencia en su poder y en el maestro que lo transmite.
Los mantras a veces se recitan para obtener poderes paranormales o para controlar los elementos. Hay mantras para curar enfermedades, para atraer lluvia, para tener buenas cosechas, para atraer un marido o una esposa, para hacer un negocio con éxito, etc. etc.
Recuerdo que en cierta ocasión conseguí unas semillas de trigo bendecidas con mantras. Las habían consagrado unos monjes tibetanos y su poder era muy particular: Llevándolas en la maleta tenías la seguridad de que nadie te la iba a robar, ni te iban a registrar en las aduanas. Era bastante práctico, sobretodo porque en La India el robo es bastante común.
Las escrituras antiguas hablan de que el origen del universo es el sonido. Al principio era el sonido que reverberaba como OM y de ése sonido todo vino a existir, dicen los Upanishads, las ancianas enseñanzas de los sabios de La India.
Por esto en el hinduismo recitar el OM es una de las prácticas esenciales. Se dice que tiene muchísimos efectos positivos en la psique, además de purificar y limpiar el cuerpo a todos los niveles, burdos y sutiles. Muchas de las prácticas hinduistas comienzan con la recitación lenta y pausada del OM. Con ello, la mente se calma y el cuerpo se relaja. Así uno puede dejar de lado las distracciones del día y enfocarse en la meditación.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No Response to “Mantrams para curar”
Leave a Reply